¿Sabes qué creo?

Que nunca nos tocamos los unos a los otros lo suficiente. Hay personas que, sólo al morir, se darán cuenta de que no han besado ni han sido besadas las veces que les correspondían; de que no se han enternecido, ni emocionado, ni llorado con otros, ni reposado en otra boca, ni dado la razón por gusto, ni dicho unas palabras dulces y aromáticas, ni arrullado igual que un palomo las veces que debieran... Porque, mira, eso es ser de verdad humano. Y lo más doloroso es advertirlo cuando ya es tarde y no hay remedio; cuando hemos echado de nuestro alrededor los ojos, los labios, el cariño, las manos, los compinches que habríamos tenido que atender.

La regla de tres

Antonio Gala

miércoles, 10 de julio de 2013

Fotografía

Sacré Cour (40 x 30)
©Alejandro Arce

6 comentarios:

  1. Una ciudad con muchas historias que contar.

    ResponderEliminar
  2. Es una ciudad que siempre sorprende.

    ResponderEliminar
  3. También es una de mis ciudades preferidas... Enhorabuena, me gusta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde el Sacre Cour como testigo impecable de toda la ciudad...

      Eliminar